En esta sección se recogen acontecimientos históricos relacionados con el municipio y sus núcleos rurales:
- Historia de Bastarás
Este lugar fue donado por Sancho Ramírez al abad de San Ponce de Tomeras en Francia, el día 3 de mayo del año 1093, día que hizo entrega de su hijo Ramiro a este cenobio. Posteriormente, se anexionó al priorato de San Pedro El Viejo de Huesca y con la autorización pontificia, el rey Fernando El Católico secularizaría el priorato, haciendo entrega de Bastarás al Colegio Imperial de Santiago de Huesca.
- Historia de Junzano
Pertenece al municipio de Casbas de Huesca aunque históricamente perteneció a la Soberana Orden de San Juan de Jerusalén. Sus orígenes se remontan a una explotación agrícola romana cuyo propietario respondería al nombre de Junius. Posteriormente aparece citado documentalmente por primera vez en el año de 1104 en la Concordia que realizan el Abad de Monteragón y el Obispo Oscense.
- Historia de Labata
Es Villa desde el año 1785 y a través del tiempo siempre ha sido de la sobrecullida, vereda y corregimiento de Huesca. Se documenta desde 1.097 y aparecen numerosas citas en los cartularios de los monarcas aragoneses.
- Historia de Santa Cilia de Panzano
La tradición oral, transmitida de generación en generación, dice que en Santa Cilia (Cecilia o Cecilicae) existió un monasterio del cual no existen vestigios fiables, y que debió estar en la zona donde se encuentra el actual cementerio.
Los primeros datos de Santa Cilia aparecen fechados en 1.093 en un documento de donación al monasterio de San Ponce de Tomeras, de la iglesia de Santa Cilia, realizada por el rey Sancho Ramírez de Aragón. Otro documento de 1.281 habla de un pleito entre los vecinos de Arraro y el prior de Santa Cilia por la posesión de unas ovejas. Si en Santa Cilia había prior (superior o prelado ordinario de un convento), existía un convento o monasterio.
Los datos del monasterio son escasos y poco claros aunque su vinculación a San Ponce de Tomeras ha permitido que se conserven. Un mapa de los obispados de Huesca, Jaca, y Barbastro, durante los siglos XI y XII lo confirman, ya que Santa Cilia aparece como monasterio perteneciente al obispado de Huesca.
El monasterio se encontraba, presumiblemente, en lo que hoy es el cementerio. Algo que se constata con la losa que queda en su lateral oeste, que popularmente, se dice era parte del altar. Algo que se aprecia todavía.
Además, en los alrededores se conserva una “cista” (enterramiento de diversa forma y materiales) de tipo redondo, en la que se colocaba un recipiente metálico para guardar objetos de valor.
Corría el año 1797 cuando Carlos IV otorgaba a Don Francisco Bescós y Nasarre, y a sus hijos vecinos del lugar de Santa Cilia el titulo de Infanzones, ganado por méritos propios. Éste ya había sido demandado por sus antecesores pero entonces no les fue concedido. El título les hacía gozar de privilegios, honras, gracias, mercedes, franquezas, excepciones, libertades, preeminencias, e inmunidades.